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Fuente: Filmin |
Ficha técnica:
Título original: The Apartment
Año de estreno: 1960
Director: Billy Wilder
Género: Comedia, dramática,
romance.
Duración: 125 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos.
Han pasado más de seis décadas
desde el estreno de El Apartamento, pero su historia y mensaje siguen tan
vigentes como entonces. Este clásico de Billy Wilder es una de las mejores
reflexiones sobre el amor, la soledad y la hipocresía social dentro del
contexto de una sociedad estadounidense en plena transición hacia la
modernidad. Su reciente restauración en alta definición nos permite redescubrir
una joya del cine que, además de haber sido galardonada con el Oscar a la mejor
película, sigue emocionando a nuevas generaciones.
C.C. Baxter (interpretado
magistralmente por Jack Lemmon) es un modesto empleado de una gran compañía de
seguros en Nueva York que sueño con ascender en la jerarquía empresarial. Para
lograrlo cede su apartamento a sus jefes, quienes lo utilizan como refugio para
sus encuentros amorosos extramatrimoniales. La situación se complica cuando se
enamora de Fran Kubelik (Shirley MacLaine), una ascensorista de la empresa que,
sin saberlo, mantiene una relación con uno de los superiores de Baxter. A través
de un humor agridulce y una narrativa impecable, la película aborda la soledad
de los individuos en una sociedad competitiva y la lucha entre el pragmatismo y
los sentimientos genuinos.
Estados Unidos en los años 60 era
un país en transformación. La década comenzaba con una fuerte moral
conservadora que convivía con un creciente anhelo de libertad y cambios
sociales. El Apartamento captura con gran habilidad la hipocresía de los valores
tradicionales, donde el matrimonio era un símbolo de estabilidad, pero, en la
práctica, la infidelidad estaba a la orden del día.
Desde un punto de vista técnico,
la película representa un hito de la cinematografía de la época. Rodada en
blanco y negro, una decisión estilística y práctica que refuerza el tono nostálgico
y melancólico de la historia, el filme destaca por el uso de grandes escenarios
y planos amplios que refuerzan la soledad del protagonista. Wilder y su equipo
supieron sacar partido de la tecnología disponible, logrando una puesta en
escena visualmente sofisticada pese a sus limitaciones. Destaca especialmente
la utilización de la profundidad de campo y la iluminación expresionista, que
subraya la alineación del personaje principal
Lo que convierte a El Apartamento
en una obra inolvidable es su forma de retratar el amor. No es un romance
idealizado, sino un retrato sincero de dos almas solitarias que encuentran
refugio el uno con el otro. C.C. Baxter no es típico galán; es un hombre común,
atrapado en la mediocridad de su vida cotidiana, que a través de sus sentimientos
por Fran Kubelik encuentra el coraje para rebelarse contra un sistema que lo
oprime. Por su parte, Fran es un personaje lleno de matices: fuerte pero
vulnerable, atrapada en una relación tóxica de la que no sabe cómo salir.
El diálogo final, “Cierra la boca
y reparte las cartas”, es una de las declaraciones de amor más sencillas y
hermosas de la historia del cine, donde el amor no se muestra con
grandilocuencia, sino en pequeños gestos de complicidad y comprensión mutua.
El Apartamento no solo es una de
las mejores películas de Billy Wilder, sino también una de las más conmovedoras
reflexiones sobre el amor y la dignidad personal. Con un guion impecable, interpretaciones
memorables y una crítica sutil pero afilada a la sociedad de su tiempo, sigue
siendo una película relevante y emocionante a día de hoy. Una obra maestra que
demuestra que el amor verdadero no siempre viene de grandes gestos, sino de la
capacidad de aceptar y valorar a la otra persona tal como es.