Cuando Sam Raimi estrenó Spider-Man en 2002, el cine de
superhéroes aún se tambaleaba entre el éxito y el fracaso. Sí, X-Men (2000)
había demostrado que el género podía ser más que una caricatura, pero
Spider-Man no solo consolidó la viabilidad de estas historias en Hollywood: la
redefinió.
El guion de David Koeep toma el ADN del personaje creado por
Stan Lee y Steve Ditko en 1962 y lo moderniza sin perder su esencia. La historia
de Peter Parker (Tobey Maguire), un adolescente nerd que obtiene poderes tras
ser mordido por una araña radiactiva, es el ejemplo perfecto de un viaje del
héroe. La famosa frase “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, dicha
por el Tío Ben (Cliff Robertson), no es solo un leitmotiv de la película, sino
una declaración de principios que influiría en todas las películas de superhéroes
posteriores.
Uno de los mayores aciertos del film es su enfoque en el
sacrificio. Peter no solo enfrenta a un villano imponente, sino que lucha con
la culpa, la soledad y la responsabilidad. La película no tiene prisa en transformarlo
en Spider-Man, dedicando tiempo a su crecimiento emocional y mostrando las
consecuencias de sus decisiones.
Sam Raimi, conocido hasta entonces por su trabajo en Evil
Dead, imprime su sello en cada fotograma. La puesta en escena tiene el
dinamismo de un cómic, con encuadres inclinados, planos secuencia vertiginosos
y un manejo del color vibrante que resalta la estética de Nueva York.
Las escenas de acción siguen siendo memorables. La batalla
final entre Spider-Man y el Duende Verde (Williem Dafoe) es brutal, física y
sucia, lejos de los combates estilizados de superhéroes actuales. Raimi utiliza
la cámara subjetiva para meternos en la piel de Spidey, y los movimientos de balanceo
a través de la ciudad son innovadores para la época, logrados con una combinación
pionera de CGI y efectos prácticos.
Spider-Man no solo cambió la industria del cine, sino que
también tuvo un impacto en la cultura popular. Recaudó más de 820 millones de
dólares en todo el mundo y se convirtió en la primera película en superar los
100 millones de dólares en su primer fin de semana en EE.UU., un hito que redefinió
las estrategias de estreno en Hollywood.
Más allá de la taquilla, estableció el modelo del superhéroe
vulnerable, emocional y humano, algo que más tarde Marvel Studios
perfeccionaría con Iron Man y el MCU. Además, contribuyó a cambiar la percepción
del cómic en la sociedad, alejándolo de su nicho geek y convirtiéndolo en un
fenómeno global.
Datos curiosos.
1. Leonardo DiCaprio y James Franco fueron
considerados para el papel de Peter Parker
2. Tobey Maguire hizo muchas acrobacias
reales.
3. El traje de Duende Verde fue
originalmente más grotesco.
4. La escena del beso invertido fue un reto,
Maguire casi se ahoga por el agua que le entraba en la nariz mientras colgaba
boca abajo.
5. Stan Lee hizo uno de sus primeros
cameos en una película de Marvel.
Hoy, casi 20 años después, Spider-Man sigue siendo un
referente. No solo por lo que logró en taquilla, sino porque nos recordó que
los héroes no son dioses inalcanzables, sino personas con dudas, miedos y,
sobre todo, responsabilidad. Raimi no solo hizo una película de superhéroes;
hizo un clásico del cine moderno.