Desde su creación en 1920, la
Legión Española, originalmente conocida como el Tercio de Extranjeros, ha sido
un pilar en la historia militar de España. Fundada por el ministro de la Guerra
José Villalba Riquelme, con José Millán-Astray como su primer teniente coronel,
esta unidad fue concebida para enfrentar las duras condiciones de los
conflictos coloniales del norte de África, donde las tropas de reemplazo
mostraban sus limitaciones. Inspirada en la Legión Extranjera Francesa, la
Legión Española se convirtió en un cuerpo de soldado profesionales con un
espíritu y moral únicos.
La legión fue oficialmente
establecida el 28 de enero de 1920 mediante un Real Decreto, y su primera base
fue situada en Ceuta, en la estratégica posición A, desde donde se controlaba
el estrecho de Gibraltar. Este nuevo cuerpo, formado por voluntarios españoles
y extranjeros, fue inicialmente estructurado en cuatro banderas, con un total
de 4000 hombres. Bajo el mando de Millán-Astray y con Francisco Franco como
jefe de la Primera Bandera, la Legión pronto demostró su valía en la Guerra del
Rif (1920-1927), donde participó en numerosas acciones, incluida la célebre
batalla de Alhucemas.
Durante la Guerra Civil Española
(1936-1939), la Legión alcanzó su máximo despliegue, con 18 banderas en activo,
y se convirtió en una de las unidades clave del bando sublevado. Junto a las
tropas de Regulares indígenas, la Legión fue decisiva en numerosas campañas,
consolidando su reputación de fuerza implacable y altamente efectiva. Tras la
guerra, la Legión se reorganizó, estableciendo tres tercios principales: el
Gran Capitán en Melilla, el Duque de Alba en Ceuta, y el Don Juan de Austria en
Larache.
La descolonización de África en
las décadas de 1950 y 1960 trajo nuevos desafíos para la Legión, que se
desplegó en Ifni y el Sáhara Español para enfrentar a las fuerzas insurgentes.
Durante la Guerra de Ifni (1957-1958), la Legión jugó un papel crucial en el
control de las insurrecciones y en las operaciones conjuntas con Francia en el
Sáhara. En 1975, en medio de la tensión por la descolonización del Sáhara y la
Marcha Verde, la Legión fue la última unidad española en replegarse del
territorio, tras haber apoyado la evacuación de civiles y mantenido la defensa
del territorio hasta el final.
La década de 1990 marcó un periodo
de transformación para la Legión. Con la creación de la Brigada de Infantería
Ligera Rey Alfonso XIII II en Almería en 1995, la Legión se adaptó a las nuevas
exigencias militares. Esta reestructuración influyó la modernización de su
sistema de reclutamiento, permitiendo la incorporación de soldados de origen
hispanoamericano y ecuatoguineano, así como la admisión de mujeres en sus
filas.
Desde entonces, la Legión ha
participado en numerosas misiones internacionales de mantenimiento de la paz
bajo el mando de la ONU, la OTAN y la Unión Europea. Desde Bosnia y Herzegovina
en 1992 hasta Afganistán y Líbano en la década de los 2000, los legionarios han
continuado demostrando su capacidad de adaptarse a los retos globales,
consolidándose como una fuerza de élite moderna.
Hoy en día, la Legión Española
mantiene su prestigio como una de las unidades más emblemáticas del Ejército de
Tierra. Compuesta por los tercios Gran Capitán y Duque de Alba en Ceuta y
Melilla, y la brigada Rey Alfonso XIII en Almería y el tercio Alejando Farnesio
IV, la Legión sigue siendo un símbolo de la tradición militar española y un
elemento clave en las operaciones de defensa y mantenimiento de la paz en todo
el mundo. Su historia, marcada por la valentía y la dedicación, continúa
inspirando a las nuevas generaciones de soldados que se unen a sus filas.