jueves, 23 de mayo de 2024

La retórica peligrosa de Isabel Díaz Ayuso

 



 

Por: Jesús Archivet Maroto

 

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a demostrar su afición por la demagogia incendiaria con sus recientes declaraciones en la Asamblea de Madrid. Al compara la situación del conflicto israelí-palestino con la lucha contra ETA en España, Ayuso no solo ha mostrado una profunda ignorancia histórica, sino que también ha evidenciado una temeridad irresponsable que debería ser motivo de preocupación para todos los demócratas.

Díaz Ayuso afirmó que “pretenden que las democracias hagan con Hamás lo mismo que con ETA: tú mata, que yo te daré una comunidad autónoma; tú mata, que yo te daré un Estado”. Esta declaración, emitida un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciará que España reconocerá la próxima semana a Palestina como Estado, no solo es falaz y simplista, sino que también es un ejemplo perfecto de cómo ciertos políticos están dispuestos a utilizar el dolor de las víctimas del terrorismo para sus propios fines partidistas.

Primero, es fundamental aclarar que comparar a ETA con Hamás es un error categórico. ETA fue una organización terrorista que surgió en un contexto específico de la dictadura franquista y la posterior transición a la democracia en España. Su lucha, aunque injustificable y condenable, estaba enraizada en un conflicto nacionalista interno. Hamás, por otro lado, es una organización que opera en un contexto de ocupación y conflicto internacional, con una dinámica y unas implicaciones geopolíticas completamente diferentes. Equiparar ambas situaciones no solo demuestra una falta de compresión histórica, sino que también trivializa los sufrimientos de ambos pueblos.

Segundo, la estrategia de utilizar el miedo y el odio como herramientas políticas es una táctica que hemos visto demasiadas veces en la historia, y que siempre acaba mal. Ayuso está jugando con fuego al sugerir que la política de reconocimiento de Palestina es equiparable a un apoyo al terrorismo. Este tipo de retórica solo sirve para polarizar aún más a la sociedad, fomentar el odio y desviar la atención de los problemas reales que enfrenta la Comunidad de Madrid.

El PSOE de Madrid ha solicitado a la dirección nacional del partido que presente una denuncia contra Ayuso por estas declaraciones. Esta solicitud no solo es justa, sino también necesaria. Las palabras de Ayuso no pueden quedar impunes, ya que sientan un precedente peligroso para el debate político en España. Si permitimos que los líderes políticos utilicen el dolor de las víctimas del terrorismo para atacar a sus adversarios, estamos contribuyendo a la degradación de nuestra democracia.

En lugar de utilizar el terrorismo como arma arrojadiza, los líderes políticos deberían centrarse en promover el diálogo, la paz y la justicia. El reconocimiento de Palestina por parte de España es un paso valiente hacia la solución de un conflicto que lleva demasiadas décadas cobrándose vidas inocentes. Es un gesto que busca justicia y reconocimiento para un pueblo que ha sufrido demasiado.

Isabel Díaz Ayuso debería reflexionar sobre sus palabras y considerar el daño que pueden causar. La política debe ser una herramienta para mejorar la vida de las personas, no para sembrar el odio y la división. Es hora de que todos los partidos políticos se comprometan a un debate más respetuoso y constructivo, en el que el bienestar de la ciudadanía esté por encima de los intereses partidistas.

Como sociedad, debemos rechazar la demagogia y la manipulación del dolor ajeno. Solo así podremos construir un futuro más justo y pacífico para todos.

Una radiografía del barómetro del CIS

 

Por: Jesús Archivet

 

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) nos ofrece una fotografía reveladora del escenario político español de cara a las próximas elecciones europeas. Según el sondeo, el PSOE se perfila como el gran vencedor, aventajando al Partido Popular (PP) por cinco puntos. Esta diferencia se traduciría en una representación de entre 21 y 24 eurodiputados para los socialistas, frente a los 18-20 que obtendría el PP.

 

Este pronóstico no es sorprendente si consideramos el contexto político actual. El liderazgo de Pedro Sánchez, con su apuesta por un progresismo firme y su capacidad para posicionarse en la arena internacional, ha sabido capitalizar las inquietudes de un electorado que busca estabilidad y respuestas contundentes ante los retos globales y nacionales. La reciente decisión de reconocer el Estado de Palestina, por ejemplo, es un claro reflejo de un gobierno que no teme tomar posiciones valientes en el ámbito internacional, a pesar de las críticas internas y externas.

 

Por otro lado, la encuesta muestra un panorama complejo y fragmentado en la derecha española. Vox, con su discurso agresivo y su capacidad para movilizar a un sector desencantado del electorado, logra superar a Sumar, lo cual evidencia un movimiento en el tablero político que merece atención. Este ascenso de Vox indica un electorado de derechas que sigue en busca de alternativas más radicales, insatisfecho con un PP que, a pesar de sus esfuerzos por reposicionarse, no logra captar la totalidad del voto conservador.

 

La presencia de Podemos, Ciudadanos y el partido del ultraderechista Alvise Pérez en la futura Eurocámara refleja una Europa cada vez más diversa y polarizada. Podemos, aunque debilitado, mantiene una base de apoyo significativa que le permite seguir presente en el Parlamento Europeo. Esto es indicativo de un espacio político que, a pesar de las adversidades y la fragmentación interna, sigue defendiendo una agenda progresista y de justicia social.

 

Ciudadanos, por su parte, a pesar de los vaivenes y la pérdida de relevancia en el ámbito nacional, parece tener aún un nicho de apoyo que le garantiza representación. Este dato subraya la persistencia de un electorado de centroderecha que busca una alternativa al PP y Vox, y que valora un discurso liberal y europeísta.

En el caso del partido de Alvise Pérez es quizás uno de los más preocupantes. Su entrada en la Eurocámara señala una radicalización de un sector del electorado, que encuentra en discursos ultraderechistas y populistas una respuesta a sus miedos y frustraciones. Esta tendencia no es exclusiva de España, sino que forma parte de un fenómeno más amplio en Europa, donde los partidos de extrema derecha ganan terreno alimentando el miedo al otro y la nostalgia por un pasado idealizado.

 

El barómetro del CIS nos presenta una Europa en el que el PSOE se consolida como la fuerza dominante en España, pero también un continente donde la fragmentación y la polarización están a la orden del día. La victoria de los socialistas es un indicio de que las políticas progresistas y europeístas aún tienen un fuerte respaldo, pero el ascenso de Vox y la presencia de partidos ultraderechistas son señales de alerta que no debemos ignorar.

 

La tarea ahora es doble: consolidar los avances progresistas y trabajar incansablemente para evitar que los discursos del odio y la división se normalicen. Las elecciones europeas de 2024 serán un momento crucial para definir el rumbo de España y de Europa, y es responsabilidad de todos los actores políticos estar a la altura de este desafío.

 


Dios, la energía creadora y la obra predeterminada

  Archivo de Jesús   La naturaleza de Dios ha sido objeto de innumerables reflexiones filosóficas y teológicas a lo largo de la historia...