jueves, 13 de marzo de 2025

King Kong (2005)


 

En el año 2005, Peter Jackson, tras su exitosa trilogía de El Señor de los Anillos, nos regaló una nueva versión del clásico King Kong. Con una duración de 187 minutos, esta superproducción de aventuras, fantasía y acción nos transporta a los años 30 en plena Gran Depresión, capturando el espíritu del cine clásico con una puesta en escena espectacular. Con un guion coescrito por Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens, y una banda sonora compuesta por James Newton Howard, la película rinde homenaje a la versión original de 1933 mientras la moderniza con los avances tecnológicos del nuevo milenio.

La razón por la que esta película merece revisión crítica no radica solo en su ambiciosa producción, sino en su impacto dentro del cine de aventuras contemporáneo. Jackson nos ofrece una historia que, aunque conocida, se enriquece con su capacidad para profundizar en la emocionalidad de sus personajes, la espectacularidad de sus enfoques visuales y la meticulosa recreación de la Isla Calavera y la ciudad de Nueva York. King Kong no es solo un despliegue de tecnología digital, sino una historia que habla de la ambición humana, la compasión y la tragedia de ser un incomprendido.

El relato nos presenta a Ann Darrow (Naomi Watts), una actriz de vodevil que atraviesa dificultades económicas y que es reclutada por el excéntrico cineasta Carl Denham (Jack Black) para rodar una película en una misteriosa isla. Acompañados por el dramaturgo Jack Driscoll (Adrien Brody) y un variopinto equipo de filmación, llegan a la enigmática Isla Calavera, donde descubren un mundo olvidado en el tiempo, habitado por criaturas prehistóricas y, por supuesto, por Kong, un gorila gigantesco que desarrollará un vínculo especial con Ann. A medida que avanza, la ambición de Denham desencadena la captura de Kong y su traslado a Nueva York, donde el gorila será expuesto como una atracción de feria, solo para encontrar un destino tan trágico como inevitable.

Uno de los aspectos más sobresalientes del film es su impresionante dirección de arte y cinematografía. Andrew Lesnie, responsable de la fotografía, logra una composición visual hipnótica que oscila entre la calidez del cine clásico y la grandiosidad del CGI moderno. La iluminación en Nuevo York, con tonos fríos y sombras alargadas, contrasta con la selvática y caótica Isla Calavera, donde la cámara se mueve con dinamismo para capturar la tensión de cada secuencia.

Jackson emplea una técnica narrativa que juega con el suspenso y la emoción: la presentación de Kong no es inmediata, sino que construye con paciencia, permitiendo que su impacto se más poderoso cuando finalmente aparece en pantalla. La escena de la lucha contra los dinosaurios es un prodigio de montaje y efectos especiales, una secuencia de desafía a la lógica y nos sumerge en una fantasía brutalmente realista.

Noami Watts brilla en el papel de Ann Darrow, logrando una interpretación que equilibra la inocencia con la determinación. Su relación con Kong es el corazón emocional de la película, y a través de su mirada y el lenguaje corporal logra transmitir la humanidad que muchos niegan al gorila. Jack Black, es un registro diferente a su habitual comedia, encarna a Carl Denham con una mezcla de carisma y arrogancia, mientras que Adrien Brody, aunque cumple con su papel de héroe intelectual, queda un poco relegado de la narrativa.

Sin embargo, el verdadero protagonista es Kong. Creado a través de una innovadora captura de movimiento con la interpretación de Andy Serkis, el gorila gigante es una maravilla técnica y emocional. Sus expresiones, gestos y reacciones logran transmitir una complejidad sorprendente, dotando al personaje de una humanidad que hace que su trágico destino sea aún más impactante.

Peter Jackson logra con King Kong (2005) una superproducción que, a pesar de su extensión, mantiene al espectador cautivado gracias a su maestría visual, su narrativa emocionante y su puesta en escena. La película nos recuerda que, más allá de los efectos especiales y la acción desbordante, lo que realmente importa en el cine es la capacidad de emocionar y contar historias universales. Kong, en su mirada perdida en el skyline de Nueva York, es el reflejo de una tragedia atemporal: la de ser un majestuoso atrapado en un mundo que no lo comprende.

Señor, dame paciencia

  Ficha técnica: Título: Señor, dame paciencia Año: 2017 Director: Álvaro Díaz Lorenzo Género: Comedia Nacionalidad: España Dura...