martes, 11 de marzo de 2025

El Milagro del Padre Stu


 

Ficha técnica

Título original: Father Stu

Año: 2022

Dirección: Rosalind Ross

Género: Drama, biográfico

Duración: 124 minutos

País: Estados Unidos

El Milagro del Padre Stu es una película que ha generado gran interés dentro del círculo de cine inspirador y de fe, por su potente mensaje de redención y conversión. En un mundo donde el cine religioso muchas veces cae en el sentimentalismo o en narrativas predecibles, este filme logra destacarse con una historia cruda y realista. Es un buen momento para analizar su puesta en escena, la narrativa y su impacto, no solo desde el punto de vista cinematográfico, sino desde una reflexión católica.

Basada en hechos reales, la película cuenta la historia de Stuart Long (Mark Wahlberg), un exboxeador con una vida llena de excesos y sin un rumbo definido, que tras un grave accidente y una serie de eventos impactantes, encuentra su vocación en el sacerdocio. A pesar de enfrentar el escepticismo de su familia y una enfermedad degenerativa que complica su camino, Stuart persiste en su fe, demostrando como la voluntad y la gracias de Dios puede transformar una vida aparentemente perdida.

La historia es emotiva sin caer en la sobreexplotación del drama. Wahlberg ofrece una interpretación convincente y carismática, equilibrando la rudeza del personaje con su crecimiento espiritual. Mel Gibson, en el papel de su padre, complementa la narrativa con un arco propio de redención, lo que aporta profundidad a la historia familiar.

La película adopta un estilo realista, con escenarios que reflejan la dureza de la vida de Stuart: gimnasios desgastados, calles solitarias y bares oscuros contrastan con la solemnidad de las iglesias y los seminarios. Esta transición visual refuerza la transformación interna del personaje. La iluminación juega un papel clave en la escenografía; las escenas más crudas se presentan con tonos fríos y sombras marcadas, mientras que los momentos de fe y esperanza están acompañados de una luz más cálida y reconfortante.

La dirección de Rosalind Ross opta por un estilo de cámara cercano e íntimo. En los momentos de crisis del protagonista, se utilizan primeros planos y planos medios cerrados para saltar la expresividad de Wahlberg. En contraste, las escenas de diálogos reflexivos emplean encuadres abiertos, mostrando el entorno como un reflejo de su estado emocional. El ritmo de la edición es pausado cuando la historia lo requiere, permitiendo que los momentos de mayor carga emocional resuenen con el espectador.

La historia del Padre Stu es un testimonio de cómo Dios obra en la vida de las personas incluso en las situaciones más adversas. Su camino hacia el sacerdocio recuerda casos reales como el del Padre Donald Calloway, un exdelicuente que encontró su vocación tras una conversión radical. Además, la enfermedad degenerativa que enfrenta Stuart nos recuerda a santos como San Juan Pablo II, quien, a pesar del Parkinson, siguió su ministerio hasta el final.

La película también nos invita a reflexionar sobre la misericordia de Dios y la posibilidad de cambio. A veces, en la vida real, vemos a personas que han llevado una vida de pecado, pero que logran un cambio radical y se convierten en verdaderos ejemplos de fe. Esto también se refleja en la historia de San Agustín, quien pasó de una juventud desenfrenada a ser uno de los mayores teólogos de la Iglesia

El Milagro del Padre Stu es una película que logra impactar tanto a creyentes como a aquellos que buscan una historia inspirada de superación. Su realismo, excelente dirección, una puesta en escena cuidada y una narrativa bien construida la convierten en una obra digna de atención. Más allá de la pantalla, es un recordatorio de que Dios llama a las persona de maneras inesperadas y que la fe puede transformar hasta los corazones más endurecidos.

El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo

 

Ficha técnica

Título original: The Lord of the Ring: The Fellowship of the Ring

Año: 2001

Director: Peter Jackson

Género: Fantasía, Aventura

Duración: 178 minutos

País: Nueva Zelanda/Estados Unidos

Han pasado más de dos décadas desde el estreno de esta obra monumental, y su impacto en el cine sigue siendo innegable. Con la reciente remasterización en 4K y la constante influencia que ejerce en el género de la fantasía, es un buen momento para analizar por qué El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo es una de las mejores adaptaciones cinematográficas de la literatura.

La película sigue la historia de Frodo Bolsón (Elijah Wood), un hobbit de la Comarca que hereda un anillo con un poder maligno inmensurable. Acompañado por su amigo Sam (Sean Astin) y otros aliados, incluyendo Aragorn (Viggo Mortensen), Gandalf (Ian McKellen), Legolas (Orlando Bloom) y Gimli (John Rhys Davies), debe viajar a Mordor para destruir el Anillo Único antes de que caiga en manos del oscuro Sauron. La historia explora la lucha entre el bien y el mal, la corrupción del poder y la importancia de la valentía y la amistad.

Uno de los mayores aciertos de la película es la manera en que Peter Jackson consigue adaptar la vasta mitología de J.R.R. Tolkien sin perder su esencia. A pesar de algunas omisiones y cambios necesarios por cuestiones de ritmo cinematográfico, la narrativa se mantiene fiel al espíritu de la obra original. Se logra un equilibrio entre el desarrollo de los personajes y la construcción de un mundo creíble, donde cada región de la Tierra Media está cuidadosamente representada.

La dirección de Jackson es magistral. Cada escenario, desde la tranquilidad de la Comarca hasta la majestuosidad de Rivendel y la opresiva oscuridad de Moria, está meticulosamente diseñado. La película logra transmitir una sensación de escala épica, sin descuidar los momentos íntimos de los personajes. Además, la utilización de localizaciones reales en Nueva Zelanda aporta una autenticidad visual impresionante.

La cinematografía de Andrew Lesnie es una de las piezas clave del éxito del film. Con una combinación de planos aéreos, travellings envolventes y encuadres cerrados en momentos de tensión, la cámara refuerza el tono aventurero y emotivo de la historia. El uso innovador de la perspectiva forzada permitió que la diferencia de tamaño entre hobbits y humanos se sintiera natural.

En cuanto a los efectos especiales, la combinación de CGI y efectos prácticos sigue siendo impresionante. La creación de Gollum, aunque perfeccionada en las secuelas, ya comenzaba a mostrar el nivel de detalle que revolucionaría el uso de la captura en movimiento. También destaca la recreación de criaturas como los espectros del anillo y el Balrog de Moria, que transmiten un realismo sobrecogedor.

El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo no solo es una adaptación fiel y respetuosa de la obra de Tolkien, sino también una película revolucionaria en el género de la fantasía. Su narrativa bien construida, el impecable trabajo de dirección, la espectacular puesta en escena y los innovadores efectos especiales la convierten en una obra maestra del cine. A día de hoy, sigue siendo un referente ineludible para cualquier amante del cine y la literatura fantástica.


sábado, 8 de marzo de 2025

Parque Jurásico (1993)



 

Parque Jurásico (1993) es una película que marcó un antes y un después en el cine de cien ficción y aventuras. Dirigida por Steven Spielberg y basada en la novela de Michael Crichton, este filme combina innovadora efectos especiales con una historia emocionante y personajes memorables. Pero, ¿realmente resiste el paso del tiempo o es solo un producto de su época?

Spielberg, un maestro del cine de entretenimiento, logra una dirección impecable en Parque Jurásico. Su manera de generar tensión y suspense es digna de estudio. Un claro ejemplo es la icónica escena en la que el vaso de agua tiembla con la llegada del T-Rex: un simple detalle visual que anticipa el peligro de manera magistral. La narrativa es fluida, con un ritmo que equilibra la exposición científica con la acción y la supervivencia. Comparada con Tiburón (1975), también de Spielberg, esta película comparte la filosofía de “menos es más”, revelando las criaturas gradualmente para aumentar la intriga.

El guion, escrito por David Koepp, simplifica algunos conceptos de la novela original para hacerlos asequibles a un público más amplio. La historia gira en torno a un grupo de expertos invitados a un parque temático de dinosaurios clonados, que pronto se convierte en un caos cuando la tecnología falla y los depredadores escapan. Si bien la premisa es fascinante, algunos personajes quedan algo unidimensionales. Por ejemplo, el Dr. Alan Grant (Sam Neill) y la Dra. Ellie Sattler (Laura Dern) cumplen bien su rol, pero no evolucionan demasiado a lo largo de la historia. En contraste, el carismático Ian Malcolm (Jeff Goldblum) se roba la escena con su humor sarcástico y sus críticas al “jugar a ser Dios).

El elenco realiza interpretaciones adecuadas para sus roles, aunque sin grandes matices emocionales. Sam Neil y Laura Dern cumplen con solvencia, pero es Jeff Goldblum quien deja una marca imborrable con su actitud relajada y su particular forma de hablar. Richard Attenborough, como John Hammond, transmite tanto la visión idílica del parque como su ingenuidad ante los riegos. Los niños, interpretados por Joseph Mazzello y Ariana Richards, aportan el elemento de inocencia y vulnerabilidad necesario para conectar con el espectador.

Uno de los mayores logros de Parque Jurásico es su revelación en los efectos especiales. Con un presupuesto aproximadamente de 63 millones de dólares, Spielberg combinó animatrónicas de Stan Winston con CGI de Industrial Light and Magic para crear dinosaurios realistas. A día de hoy, muchos de estos efectos siguen siendo impresionantes, en especial el T-Rex y los velociraptores. La cinematografía de Dean Cundey resalta la majestuosidad de los dinosaurios y mantiene el suspenso con encuadres cerrados y movimientos de cámara calculados. La escena en la cocina con los raptores es un ejemplo perfecto de tensión visual.

La música de John Williams es otro punto fuerte. Su tema principal, una mezcla de asombro y aventura, se ha convertido en uno de los más icónicos del cine. La forma en que la música enfatiza los momentos de peligro y maravilla demuestra el talento de Williams para potenciar la narrativa a través del sonido.

El vestuario es funcional y creíble, sin demasiados artificios. Los diseños del parque, inspirados en zoológicos reales, ayudan a que la idea de un “safari prehistórico” parezca verosímil. El uso de colores terrosos y naturales refuerza la sensación de estar en un entorno salvaje.

Parque Jurásico no solo redefinió los efectos especiales en el cine, sino que también consolidó el género de aventuras con ciencia ficción. Influyó en películas posteriores como King Kong (2005) y Avatar (2009), y generó secuelas y un reinicio con Jurassic World (2015). Sin embargo, ninguna ha logrado capturar la magia del original.

A día de hoy, Parque Jurásico sigue siendo una película imprescindible. Aunque algunos personajes podrían haber sido mejor desarrollados, su dirección magistral, innovación técnica y capacidad para asombrar la convierten en un clásico indiscutible. Para quienes disfruten del cine de aventuras con un toque de ciencia ficción, sigue siendo una experiencia cinematográfica emocionante y envolvente.


Érase una vez… en Hollywood

 

Once Upon a Time… in Hollywood (2019) es una película dirigida por Quentin Tarantino, encuadrada en el género de drama y comedia negra. Con una duración de 161 minutos, esta producción estadounidense cuenta con un reparto de lujo encabezado por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie. La cinta nos transporta a finales de los años 60 en Los Ángeles, en plena transformación de la industria cinematográfica y con la sombra de los crímenes de la Familia Manson en el horizonte.

Decidimos analizar esta película porque representa un punto culminante en la carrera de Tarantino, no solo por su homenaje al Hollywood de los años 60, sino porque muestra una evolución en su narrativa y puesta en escena. Además, su tratamiento de hechos históricos y el particular desenlace generaron una fuerte discusión entre críticos y público.

La historia sigue a Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), una ex estrella de la televisión que lucha por mantener su relevancia en una industria cambiante, y a Cliff Booth (Brad Pitt), su doble de acción y fiel amigo. A medida que Dalton se enfrenta a su declive profesional, Booth deambula por Los Ángeles, cruzándose con la siniestra presencia de la Familia Manson. Paralelamente, se presenta la figura de Sharon Tate (Margot Robbie), quien simboliza el esplendor y la inocencia del Hollywood de la época. Tarantino reinterpreta los hechos históricos con un giro inesperado, ofreciendo una versión alternativa y catártica de la tragedia real.

La puesta en escena es meticulosamente detallada, con una recreación fidedigna de Los Ángeles de los 60, desde la cartelería hasta los automóviles y vestuario. Tarantino utiliza encuadres amplios para capturar la nostalgia de la época, junto con travellings y planos secuencia que sumergen al espectador en la acción. La posición de las cámaras es deliberadamente clásica, evocando el cine de la época dorada de Hollywood.

El uso del montaje es la clave. Las escenas de Rick Dalton en los sets de filmación contrastan con la fluidez de la vida cotidiana de Cliff Booth, generando una narrativa fragmentada pero cohesionada. Además, la iluminación y la paleta de colores cálidos refuerzan el tono nostálgico de la historia. En cuanto a la banda sonora, Tarantino vuelve a hacer gala de su habilidad para seleccionar canciones emblemáticas que refuercen la ambientación y el carácter de cada escena.

Tarantino, fiel a su estilo, llena la película de referencias del cine clásico y a la cultura pop de los 60. Se pueden encontrar homenajes a Sergio Leone, Sam Peckinpah y la televisión western de la época. También se nota la influencia del nuevo Hollywood, que comenzaba a emerger en ese período, con directores como Scorsese y Coppola redefiniendo la industria.

En términos de actuaciones, DiCaprio se luce al interpretar a un actor en crisis, con una mezcla de vulnerabilidad y arrogancia que lo hace profundamente humano. Brad Pitt, por su parte, construye un personaje carismático y relajado, cuya presencia roba la pantalla en cada escena. Margot Robbie, aunque con menos líneas de diálogo, logra transmitir la escena de Sharon Tate a través de su expresión y lenguaje corporal.

Érase una vez… en Hollywood es un homenaje melancólico y personal de Tarantino al cine y a la cultura que se desvanecía. Si bien su ritmo pausado y su atípica estructura narrativa pueden no ser del agrado de todos, su riqueza visual, su diálogo con la historia del cine y su reinterpretación de los hechos reales la convierten en una obra imprescindible. Con un desenlace que subvierte la tragedia y un amor palpable por el séptimo arte, Tarantino firma una de sus películas más maduras y emotivas.


viernes, 7 de marzo de 2025

Réquiem por un sueño (2000)

 

Rèquiem por un sueño (2000) es una película dirigida por Darren Aronofsky, basada en la novela homónima de Hubert Selby Jr. Se enmarca dentro del drama psicológico y cuenta con las actuaciones de Jared Leto, Jennifer Connelly, Ellen Burstyn y Marlon Mayans. La cinta, que dura 102 minutos, se ha consolidado como una de las más impactantes del cine contemporáneo debido a su desgarradora exploración de la adicción y la desesperanza.

Este análisis se realiza para reflexionar sobre la atemporalidad de la película y su impacto filosófico y emocional. Rèquiem por un sueño sigue siendo relevante en un mundo donde la adicción, en sus distintas formas, sigue destruyendo vidas. Más que una historia de drogas, es un retrato de la alienación humana y el autoengaño.

La película sigue la vida de cuatro personajes atrapados en espirales de autodestrucción. Harry Goldfarb (Jared Leto) y su novia Marion Silver (Jennifer Connelly) sueñan con una vida mejor, pero su dependencia a la heroína los arrastra a la desesperación. Tyrone (Marlon Wayans), el mejor amigo de Harry, también sucumbe ante el mundo de las drogas, buscando una salida que nunca llega. Por otro lado, Sara Goldfarb (Ellen Burstyn), madre de Harry, se obsesiona con la idea de aparecer en televisión y cae en la adicción a los anfetamínicos para perder peso, lo que la sumerge en la psicosis. La historia muestra cómo la búsqueda de un sueño se puede convertir en una pesadilla insoportable.

Aronofsky emplea una puesta en escena caótica y envolvente, marcada por la fragmentación y la velocidad vertiginosa de las imágenes. Su uso del “hiper-montaje”, con cortes rápidos y repeticiones obsesivas, sumerge al espectador en la mente de los personajes. Los colores vivos y la iluminación contrastada refuerzan el abismo entre la euforia inicial y la decadencia final. El vestuario y el diseño de producción también juegan un papel crucial al mostrar el deterioro físico y emocional de los protagonistas.

El movimiento de cámara de Rèquiem por un sueño es clave para generar una sensación de angustia. Aronofsky utiliza la “Snorricam” (una cámara sujetada al cuerpo del personaje) para transmitir la paranoia y la alienación de los personajes. Además, la película emplea planos cerrados y encuadres descentrados para intensificar la claustrofobia emocional. La división en cuatro estaciones refuerza la progresión de la degradación de los protagonistas.

Cada personaje representa un tipo de vacío existencial. Harry busca el éxito, pero se ahoga en su propia autocomplacencia. Marion, una artista con sueños rotos, se enfrenta a la prostitución como único medio de supervivencia. Tyrone, a pesar de sus ambiciones, se convierte en víctima de un sistema que lo condena. Sara, en su soledad y ansias de validación, se desmorona psicológicamente hasta perder el contacto con la realidad. El film logra que el espectador empatice con cada caso, no desde el juicio, sino desde la trágica comprensión de sus debilidades.

La película no es solo una advertencia sobre las drogas; es una meditación sobre la condición humana. La búsqueda de escape, la necesidad de llenar vacíos con sustancias o ilusiones, y el autoengaño son temas universales. Nos recuerda que la vida no está hecha para consumirse en adicciones, sino para vivirse con consciencia. El film es un grito desesperado contra la autodestrucción y una muestra del precio de perderse en falsas promesas.

Rèquiem por un sueño es una obra maestra del cine moderno que no deja indiferente. Su brutalidad visual y emocional nos enfrenta con la cruda realidad de la adicción, dejando un eco perturbador en la mente del espectador. Un recordatorio de que los sueños pueden convertirse en pesadillas si no se enfrentan con responsabilidad y consciencia.


jueves, 6 de marzo de 2025

Johnny cogió su fusil

 

Ficha técnica:

-       Título original: Johnny Got His Gun

-       Año: 1971

-       Director: Dalton Trumbo

-       Género: Drama, bélico, antibelicista

-       Duración: 111 minutos.

-       País: Estados Unidos

Hablar de Johnny cogió su fusil nunca es una elección arbitraria. La película de Dalton Trumbo es un hito del cine antibelicista, una obre que, a más de 50 años de su estreno, sigue interpelando a la conciencia humana sobre los horres de la guerra y los límites de la vida y la dignidad. Su revisión resulta especialmente pertinente en tiempos donde los conflictos armados siguen cobrándose víctimas y donde el debate sobre la eutanasia y la autodeterminación del cuerpo continúa vigente.

La película nos sumerge en la mente de Joe Bonham (Timothy Bottoms), un joven soldado que, tras ser gravemente herido en la Primera Guerra Mundial, queda atrapado en su propio cuerpo: sin brazos, sin piernas, sin rostro, incapaz de hablar o ver, pero plenamente consciente. A través de sus pensamientos y recuerdos, la historia nos conduce por un viaje angustiante donde la línea entre la vida y la muerte se vuelve difusa, y la guerra revela su rostro más despiadado y absurdo.

Trumbo, reconocido guionista y escritor, adapta su propia novela homónima con una dirección sobria pero impactante. La película alterna entre dos mundos: la cruda realidad en la que Joe yace inmóvil en un hospital militar y sus ensoñaciones y recuerdos, rodados en una evocadora paleta de colores. Mientras la realidad se muestra en un opresivo blanco y negro, las secuencias oníricas estallan en un sepia cálido y fantasmal, reflejando el contraste entre la crudeza de la situación y la evasiva esperanza de su mente.

El uso de la cámara es un elemento crucial: primeros planos extremos y encuadres cerrados transmiten la sensación de encierro de Joe, mientras que los planos subjetivos refuerzan la impotencia de un hombre reducido a un estado de prisión viviente. Trumbo utiliza la narrativa interna para sumergirnos en la angustia del protagonista, construyendo una experiencia cinematográfica profundamente sensorial.

Mas allá de la guerra, la película es un grito desesperado por la libertad y la dignidad humana. No solo denuncia la inutilidad de los conflictos armados y el sacrificio de los soldados en nombre de intereses políticos ajenos a ellos, sino que también abre un debate sobre la vida y la muerte: ¿es la existencia meramente biológica suficiente para considerar que alguien está vivo? Joe, reducido a un cuerpo inerte sin posibilidad de comunicación, se convierte en un símbolo de la deshumanización extrema provocada por la guerra.

El dilema de Joe también nos enfrenta a la discusión sobre la eutanasia. Pese a su deseo de morir con dignidad, su petición es ignorada por el sistema que lo mantiene vivo contra su voluntad. Su situación representa el extremo de la falta de autonomía sobre el propio cuerpo y plante preguntas aún vigentes en los debates éticos y legales actuales.

Jonnhy cogió su fusil es una película devastadora, tanto en su mensaje como en su ejecución. No es un film fácil de ver, pero es necesario. La combinación de su narrativa desgarradora, su innovador uso de la imagen y su profundo cuestionamiento filosófico la convierten en una obra maestra del cine antibelicista. Más allá de la denuncia contra la guerra es un llamado a la reflexión sobre la dignidad humana y el derecho a decidir sobre nuestra propia existencia. Trumbo no solo nos deja una película, sino un testimonio eterno del horror de la guerra y de la importancia de la libertad individual.


miércoles, 5 de marzo de 2025

The Boy II (2020)

 


Ficha técnica:

-       Título: Brahms: The Boy II

-       Año de estreno: 2020

-       Director: William Brent Bell

-       Género: Terror, suspenso

-       Duración: 86 minutos

-       País: Estados unidos

Decidí escribir esta crítica porque, tras haber visto la primera entrega The Boy (2016), tenía ciertas expectativas sobre esta secuela. Sin embargo, la película no logró estar a la altura de su predecesora, lo que me lleva a analizar sus fallos narrativos, técnicos y conceptuales.
La historia sigue a una familia que, tras un violento asalto, decide mudarse a una casa apartada para recuperarse de un trauma. Allí, el hijo de la pareja, Jude (Christopher Convery), encuentra a Brahms, el siniestro muñeco de porcelana. Desde este momento, comienzan a ocurrir eventos inquietantes.
Uno de los problemas principales de la narrativa es que desvirtúa por completo el giro de la película. The Boy destacó por jugar con las expectativas del espectador y entregar un giro sorprendente. Sin embargo, esta secuela decide abandonar ese concepto y transformar a Brahms en un muñeco sobrenatural, eliminando el elemento psicológico que hacía especial a la original.
El ritmo de la historia también resulta un problema. Los momentos de tensión se sientes forzados, y la trama avanza sin un verdadero desarrollo de los personajes. La película se apoya en tópicos predecibles del género de terror, como los jumpscares injustificados y los comportamientos ilógicos de los protagonistas.
Visualmente, la película no aporta nada nuevo. La dirección de William Brent Bell es funcional, pero carece de creatividad. La posición de cámara intenta generar tensión con planos cerrados y desenfocantes, pero no logra una atmósfera verdaderamente inquietante.
En comparación con la primera entrega, donde los encuadres ayudaban a generar incertidumbre sobre si el muñeco se movía o no, en esta secuela el recurso pierde fuerza porque desde el principio se nos indica que Brahms tiene un componente sobrenatural. Esto le resta impacto y suspenso a la historia.
Uso de los puntos más débiles de la película es la psicología de sus personajes. Liza (Katie Holmes), la madre de Jude, es presentada como una mujer traumatizada que intenta ayudar a su hijo a superar su miedo. Sin embargo, sus reacciones y decisiones a lo largo de la película son inconsistentes. Jude, por su parte, pasa de ser un niño vulnerable a un personaje casi inexpresivo, y su relación con Brahms no está lo suficientemente explorada para que el público se involucre emocionalmente.
El gran problema radica en que la película no profundiza en el trauma de la familia ni en los efectos psicológicos que Brahms genera en ellos. A diferencia de la primera entrega, donde la protagonista lidiaba con su pasado y aislamiento, aquí los conflictos son superficiales y apenas afectan el desarrollo de la historia.
Brahms: The Boy II es una secuela innecesaria que traiciona la esencia de su predecesora. La película opta por un enfoque sobrenatural que carece de originalidad y termina cayendo en los clichés más trillados del cine de terror. Su narrativa es floja, sus personajes poco desarrollados y su dirección carece de la creatividad necesaria para generar verdadero suspenso. En definitiva, The Boy fue una película mucho más efectiva en su propuesta, mientras que esta segunda parte se siente como una oportunidad desa

Señor, dame paciencia

  Ficha técnica: Título: Señor, dame paciencia Año: 2017 Director: Álvaro Díaz Lorenzo Género: Comedia Nacionalidad: España Dura...