viernes, 8 de agosto de 2025

¿Cuál es la isla más grande del mundo?

 

¿La isla más grande del mundo? Pues no, no es Hawái, ni Mallorca, ni esa isla que siempre confundes con una nube cuando la ves en el mapa. Es Groenlandia, ese gigante helado que parece sacado de una peli de ciencia ficción o del congelador de tu abuela.

Groenlandia mide más de 2 millones cuadrados, lo que viene a ser como poner España, Francia, Alemania, Italia y Portugal juntos, y aún sobraría espacio para bailar un botellón gigante. Eso sí, la mayoría de esa isla está cubierta de hielo, porque si no, sería demasiado buena para ser verdad.

Su nombre viene del vikingo Erik el Rojo, que, para atraer a más colonos, decidió llamarla “Tierra Verde” en plan marketing adelantado. Spoiler: la mayor parte es más blanca que un yogurt sin azúcar.

Geográficamente, está en América del Norte, pero políticamente pertenece a Dinamarca, así que es como un invitado extranjero que no se va nunca de la fiesta.

Así que ya sabes, la próxima vez que alguien te pregunta por la isla más grande, suelta Groenlandia y déjale pensando si no le habías engañado toda la vida con islas de tamaño mini.

¿Cómo nació el pueblo Mexica?

 

Imagina esto. Un grupo de viajeros nómadas que viene de Aztlán (ese mítico lugar que difícilmente encuentras en Google Maps) recibe una llamada divina. El dios Huitzilopochtli les dice que se borren sus nombres antiguos y que se llamaran Mexica. Además, les encarga encontrar su nuevo hogar. Tras varias idas y venidas, llegan al Lago de Texcoco y montan Tenochtitlan, una ciudad flotante que era como Venecia, pero con pirámides y más caos organizado.

Resulta que estos tipos eran tan cosmopolitas como obsesos del entrenamiento extremo. Montaban batallas rituales llamadas Guerras Floridas solo para conseguir prisioneros con los que hacer sacrificios que creían mantener a los dioses contentos. Nada de invasiones ni dominar por territorios, era todo muy pactado, con fuego de incienso, guerreros adornados, reglas claras y un solo objetivo. ¡Corazones frescos!

En paralelo, mientras la gente entrenaba para ser los primeros en ser capturados (porque morir sacrificados era como ganarse un pase VIP al cielo), los ingenieros mexicas estaban construyendo un sistema hidráulico digno de admirar. Dos acueductos de varios kilómetros hechos de terracota traían agua fresca desde los manantiales de Chapultepec hasta su ciudad lacustre. Uno fue destruido por una inundación, y el siguiente, levantado por  Neahualcóyotl, era tan robusto que permitía que el agua fluyera sin interrupciones mientras por abajo navegaban canoas como si fueran cales tipo Venecia nivel harcore.

¿Cómo nació el Art Nouveau?

Cartel de Alphonse Mucha. Cigarrillos Paris

                                                     Cartel de Alphonse Mucha. Cigarrillos Paris


A finales del siglo XIX, en pleno subidón de fábricas, humo y máquinas que hacían “chucuchucu” a un grupo de artista se les encendió la bombilla: “Oye, ¿y si en vez de tanto hierro feo llenamos el mundo de curvas, flores y cosas que parezcan sacadas de un sueño raro?”. Y así, sin pedir permiso, nació el Art Nouveau, que en Francia llamaban así, en España Modernismo, en Alemania Jugendstill. Vamos que cada uno lo bautizó como quiso, como si fuera un hijo secreto.

La cosa era simple. Poner belleza de en todo. En las artes gráficas, aquello fue una fiesta. Carteles, tipografías, ilustraciones… todo empezó a retorcerse con líneas onduladas, colores suaves y mujeres que parecían ninfas recién salidas de un bosque mágico. Fue como pasar del Windows 95 al Photoshop, pero en 1895.

Los grandes nombres se lo tomaron muy enserio. Alphonse Mucha, que con un cartel te vendía cigarrillos o teatro como si fuera la última maravilla del universo; Hector Guimard, que convirtió las bocas del metro de París en plantas mutantes; y Klimt, que te pintaba oro, flores y mujeres divinas como si fuera fácil. Y luego estaba Aubrey Beardsley, el que se saltó el “todo bonito” y metió erotismo, humor negro y mala leche en sus dibujos, hasta el punto de que hoy lo pondrían en la lista negra de Facebook.

El Art Nouveau vino a decir que el arte no era solo para los museos, que podía estar en una barandilla, en tu taza de café o en la etiqueta de una botella. Y lo hizo con tanto estilo que, más de un siglo después, todavía miras un póster de Mucha y piensas que es bonito y no hace falta enchufarlo a la luz.

Idealismo alemán

  Últimamente estoy leyendo mucha filosofía, porque me apasiona. En especial, estoy leyendo filosofía germánica. Y hay algo en esos textos, ...