Por: Jesús
Archivet Maroto
La presidenta de la Comunidad de
Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a demostrar su afición por la demagogia
incendiaria con sus recientes declaraciones en la Asamblea de Madrid. Al
compara la situación del conflicto israelí-palestino con la lucha contra ETA en
España, Ayuso no solo ha mostrado una profunda ignorancia histórica, sino que
también ha evidenciado una temeridad irresponsable que debería ser motivo de
preocupación para todos los demócratas.
Díaz Ayuso afirmó que “pretenden
que las democracias hagan con Hamás lo mismo que con ETA: tú mata, que yo te
daré una comunidad autónoma; tú mata, que yo te daré un Estado”. Esta declaración,
emitida un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciará
que España reconocerá la próxima semana a Palestina como Estado, no solo es
falaz y simplista, sino que también es un ejemplo perfecto de cómo ciertos
políticos están dispuestos a utilizar el dolor de las víctimas del terrorismo
para sus propios fines partidistas.
Primero, es fundamental aclarar
que comparar a ETA con Hamás es un error categórico. ETA fue una organización
terrorista que surgió en un contexto específico de la dictadura franquista y la
posterior transición a la democracia en España. Su lucha, aunque injustificable
y condenable, estaba enraizada en un conflicto nacionalista interno. Hamás, por
otro lado, es una organización que opera en un contexto de ocupación y
conflicto internacional, con una dinámica y unas implicaciones geopolíticas
completamente diferentes. Equiparar ambas situaciones no solo demuestra una
falta de compresión histórica, sino que también trivializa los sufrimientos de
ambos pueblos.
Segundo, la estrategia de utilizar
el miedo y el odio como herramientas políticas es una táctica que hemos visto
demasiadas veces en la historia, y que siempre acaba mal. Ayuso está jugando
con fuego al sugerir que la política de reconocimiento de Palestina es
equiparable a un apoyo al terrorismo. Este tipo de retórica solo sirve para polarizar
aún más a la sociedad, fomentar el odio y desviar la atención de los problemas
reales que enfrenta la Comunidad de Madrid.
El PSOE de Madrid ha solicitado a
la dirección nacional del partido que presente una denuncia contra Ayuso por
estas declaraciones. Esta solicitud no solo es justa, sino también necesaria. Las
palabras de Ayuso no pueden quedar impunes, ya que sientan un precedente
peligroso para el debate político en España. Si permitimos que los líderes
políticos utilicen el dolor de las víctimas del terrorismo para atacar a sus
adversarios, estamos contribuyendo a la degradación de nuestra democracia.
En lugar de utilizar el terrorismo
como arma arrojadiza, los líderes políticos deberían centrarse en promover el
diálogo, la paz y la justicia. El reconocimiento de Palestina por parte de
España es un paso valiente hacia la solución de un conflicto que lleva
demasiadas décadas cobrándose vidas inocentes. Es un gesto que busca justicia y
reconocimiento para un pueblo que ha sufrido demasiado.
Isabel Díaz Ayuso debería
reflexionar sobre sus palabras y considerar el daño que pueden causar. La política
debe ser una herramienta para mejorar la vida de las personas, no para sembrar
el odio y la división. Es hora de que todos los partidos políticos se comprometan
a un debate más respetuoso y constructivo, en el que el bienestar de la
ciudadanía esté por encima de los intereses partidistas.
Como sociedad, debemos rechazar la
demagogia y la manipulación del dolor ajeno. Solo así podremos construir un
futuro más justo y pacífico para todos.
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