Jesús
Archivet
Henry David Thoreau, un nombre que
resuena a través del tiempo como un símbolo de resistencia pacífica, la
desobediencia civil y el ecologismo, fue encarcelado por oponerse a la guerra y
a la esclavitud. Su influencia ha sido tan profunda que inspiró a figura icónicas
como Mahatma Gandhi y Martin Luther King, y continúa teniendo una legión de
admiradores en todo el mundo.
El 24 de julio de 1846, Thoreau
fue encarcelado por negarse a pagar el poll tax, un impuesto para votar, como
protesta contra la guerra de México y la esclavitud. “Bajo un gobierno que
encarcela injustamente, el verdadero lugar para el hombre justo es la cárcel”,
escribió sin mostrar ningún signo de aflicción. Para Thoreau, la prisión de
Concord, cercana a Boston, no representaba una amenaza para su espíritu libre.
Tozudo y desafiante, Thoreau se
destacó como un pacifista y desobediente, características que inspiraron a
Gandhi, devoto lector de su ensayo Desobediencia civil, y a Martin
Luther King, entre otros. Fue también un pionero en la defensa del
medioambiente, predicando la destrucción de la naturaleza por la mano del
hombre: “Quien tala árboles más allá de un determinado número está exterminado
a las aves”. Su visión se adelantó a su tiempo, abogando por una alimentación
sana y una vida en armonía con la naturaleza.
Entre 1845 y 1847, Thoreau se
retiró a una cabaña unto al lago Walden, en las 4,5 hectáreas que su amigo Ralf
Waldo Emerson había adquirido. Durante dos años y dos meses, vivió casi como un
asceta, demostrando su capacidad para subsistir con lo mínimo. Cultivó su
propio alimento y se dedicó a la lectura de clásicos como Virgilio, Goethe y
Homero, y a la escritura. De esta experiencia surgió Walden, la vida en los
bosques, una obra que narra su vivencia en la cabaña y que ha sido reeditada constantemente
en todo el mundo.
Su vida en Walden fue sencilla
pero significativa. Thoreau aró la tierra, sembró judías, tomates, calabacines,
maíz y patatas, y se sumergió en la naturaleza. Pasaba cuatro horas diarias
escribiendo y otras cuatro caminando, una práctica que detalló en su ensayo
Caminar. Su amor por la naturaleza era casi religioso: “Creo en el bosque, en
la pradera y en la noche en la que crece el grano”.
Aunque Thoreau abogaba por la no
violencia, defendió a John Brown, un abolicionista violento acusado de asesinato
y sentenciado a la horca. Esta contradicción ha sido señalada por sus críticos,
junto con el hecho de que Thoreau, proveniente de una familia acomodada, pudo
permitirse vivir sin ataduras y regresar a la vida urbana tras su experiencia
en Walden.
Nacido en una familia dueña de una
mediana empresa de lápices y papeles, Thoreau estudió idiomas y filosofía en
Harvard y trabajó como profesor antes de fundar una academia con su hermano. Su
negativa a golpear a los alumnos con la palmeta demostró su carácter rebelde. También
mejoró los lápices familiares y trabajó como agrimensor, una profesión que le
permitió explorar los campos y bosques que tanto amaba.
A pesar de sus contradicciones, Thoreau
dejó una marca indeleble en la historia. Su ensayo Desobediencia civil fue
fundamental para Gandhi y Martin Luther King, quienes adoptaron sus ideas para
sus movimientos de resistencia pacífica. “Tras leer a Thoreau, me quedé
fascinado por la idea de no cooperar con un sistema inmoral”, confesó King.
Thoreau es admirado no solo por
sus escritos y su defensa de la naturaleza, sino también por su fe en la
desobediencia pacífica. León Tolstoi, Bill Clinton y muchos otros han elogiado
su legado. Su efigie se encuentra junto a figuras como George Washington y Benjamin
Franklin en el Panteón de los Héroes Norteamericanos de la Universidad de Nueva
York.
Aunque pasó una noche en prisión,
Thoreau dejó claro su compromiso con sus principios. “Algún entrometido pagó
aquel impuesto”, escribió sobre su liberación. Este gesto, pequeño pero
significativo, encapsula la esencia de Thoreau: un hombre dispuesto a
sacrificar su libertad personal por la justicia y la moralidad.
Henry David Thoreau sigue siendo un
faro de inspiración, recordándonos la importancia de vivir de acuerdo con
nuestros principios, proteger nuestro entorno natural y resistir pacíficamente las
injusticias del mundo. Su vida y obra continúan resanando con fuerza en un
mundo que aún lucha por los mismos ideales de justicia y sostenibilidad.
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