martes, 16 de julio de 2024

Los días en la Tierra se están alargando por culpa del cambio climático

 

Jesús Archivet

 

Los efectos del cambio climático causado por el hombre son tan abrumadores que incluso están alterando el tiempo – más de lo que se pensaba-, según los científicos. Los cambios son pequeños, sí, (algunos milisegundos por día), pero en nuestro mundo permanentemente conectado y de alta tecnología, podría tener un impacto importante en sistemas informáticos tan habituales como la navegación por GPS.

Así lo confirman sendos estudios publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y en Nature Geoscience que muestran que, a medida que las capas de hielo en los polos de la Tierra se van derritiendo, la redistribución de masa resultante del aumento del nivel del mar está aumentando la duración del día a “un ritmo sin precedentes”. La consecuencia es que los días son cada vez más largos a medida que las temperaturas globales siguen aumentando.

Los científicos examinaron un período de 200 años, abarcando desde 1900 hasta 2100, empleando tanto datos de observación como modelos climáticos para entender cómo el cambio climático ha influido en la duración del día en el pasado y prever su impacto en el futuro. Descubriendo que la influencia del cambio climático en la duración del día ha crecido de manera considerable.

No nos resulta ajeno que la duración de los días en la Tierra haya ido modificándose, aumentando gradualmente unos pocos milisegundos por siglo debido sobre todo a la atracción gravitacional de la Luna, que ha gradualmente la rotación de la Tierra, así como al proceso de ajuste isostático glacial, esto es, el movimiento de la roca fundida en el manto del planeta hacia las regiones polares.

Pero la situación se torna más drástica cuando el impacto del derretimiento de las capas de hielo y los glaciares del Ártico y la Antártida están impulsando ese cambio. El agua de las regiones polares fluye hacia los océanos del mundo, y especialmente hacia la región ecuatorial. El nivel del mar no ha parado de aumentar desde que inauguremos el siglo XX y la Tierra está achatándose aún más como consecuencia de todo esto.

“Esto significa que se está produciendo un cambio de masa que afecta a la rotación de la Tierra”, explica Benedikt Soja, profesor de Geodesia Espacial en el Departamento de Ingeniería Civil, Ambiental y Geomática de la ETH Zurich. “Es como cunado un patinador artístico hace una pirueta, primero acerca los brazos al cuerpo y luego los estira”. La rotación se vuelve más lenta porque las masas se alejan del eje de rotación, aumentando la inercia física. Y, si la Tierra gira más lentamente, los días se hacen también más largos.

El número de horas, minutos y segundos que componen cada día en la Tierra está dictado por la velocidad de rotación de la Tierra, que está influenciada por un complejo conjunto de factores como el mencionado derretimiento del hielo polar debido al cambio climático.

Los científicos ya habían establecido una asociación entre el derretimiento del hielo polar y que los días estén siendo más largos, pero la nueva investigación sugiere que el calentamiento global tiene una influencia mayor en el tiempo de lo que han demostrado estudios anteriores e incluso recientes. La consecuencia directa es que el día se alargue 1,33 milisegundos por siglo.

Pero la situación no termina aquí: si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan incrementándose sin control como hasta ahora, los investigadores prevén que el impacto del cambio climático en la duración del día podría llegar a una tasa de 2,62 milisegundos por año hacia finales del siglo XXI: algo que, sin duda, pone de manifiesto la magnitud del impacto del cambio climático moderno en nuestro planeta.

“El cambio climático está provocando que el eje de rotación de la Tierra se mueva y parece que la retroalimentación de la conservación del momento angular también está cambiando la dinámica del núcleo de la Tierra”, aclara Soja. “Por lo tanto, el actual cambio climático podría incluso estar afectando a procesos en el interior de la Tierra y tener un alcance mayor de lo que se suponía anteriormente”, concluye Kiani Shahvandi, coautor de la investigación.

“Este estudio es un gran avance porque confirma que la preocupante pérdida de hielo que están sufriendo tanto Groenlandia como la Antártida tiene un impacto directo en la duración del día, provocando que nuestros días se alarguen. Este hecho se ha podido demostrar y cuantificar de forma rigurosa, empleando para ello multitud de observaciones geodésicas y modelos que intentan descubrir de manera fehaciente hacia dónde se desplaza el agua que proviene del deshielo de las zonas polares”, comenta a Science Media Santiago Belda, investigador distinguido en el Grupo de Geodesia y Dinámica Espacial del Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Alicante.

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