domingo, 9 de junio de 2024

La amenaza del ascenso de la ultraderecha en Europa

 

Jesús Archivet



Los recientes sondeos de las elecciones europeas evidencian un preocupante ascenso de la ultraderecha en el continente. En Alemania, el partido ultraderechista AfD ha logrado la segunda posición con un 16,5% de los votos, superando a los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz (14%), aunque aún por detrás del CDU, que se posiciona como ganador con un 29,5%. En Austria, el Partido de la Libertad (FPÖ) también muestra un considerable avance según diversas proyecciones. A su vez, en España, la participación electoral a las 18:00 horas ha caído al 38,3%, una notable disminución respecto al 49,3% registrado en 2019, cuando los comicios europeos coincidieron con las municipales y autonómicas.


Desde una perspectiva marxista-leninista, estos resultados deben ser analizados en el contexto de las contradicciones inherentes al sistema capitalista y las crisis recurrentes que este genera. La notable disminución en la participación electoral en España, aunque ligeramente superior al 34,1% registrado en 2014, refleja una creciente desafección de las masas hacia el sistema político burgués. Esta apatía electoral no es un fenómeno aislado, sino un síntoma de la alienación y el desencanto provocados por un sistema que no responde a las necesidades y aspiraciones del proletariado.


La reacción ultraderechista no es más que un reflejo distorsionado de la crisis del capital. En tiempos de incertidumbre económica y social, es común que sectores de la clase trabajadora, confundidos y deseperados, sean atraídos por discursos nacionalistas y xenófobos que prometen soluciones simplistas y demagógicas a problemas complejos. El AfD en Alemania y el FPÖ en Austria representan esta tendencia, aprovechando el descontento popular para avanzar sus agendas reaccionarios y antiobreras.


El llamamiento del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a la participación, subraya la importancia de esta cita electoral para decidir entre un futuro de avance o de retroceso. No obstante, desde una óptica marxista-leninista, es crucial recordar que el verdadero cambio no se produce únicamente en las urnas, sino en la lucha de clases y la organización del proletariado contra el capital. La participación electoral, aunque significativa, no debe distraernos de la necesidad imperiosa de construir una alternativa revolucionaria que supere las limitaciones del parlamentarismo burgués.


La situación actual nos recuerda las palabras de Lenin: "La política es la expresión concentrada de la economía". La creciente polarización y la emergencia de fuerzas ultraderechistas son una manifestación de las profundas crisis económicas y sociales que el capitalismo no puede resolver.

En este sentido, la tarea de los marxistas-leninistas es clara: debemos redoblar nuestros esfuerzos en la educación y la organización de la clase obrera, destacando la necesidad de una lucha coherente y decidida contra el sistema capitalista y sus pretensiones reaccionarias.


El avance de la ultraderecha en Europa es un síntoma alarmante de la crisis del capitalismo. La disminución de la participación electoral en España refleja una desafección creciente hacia el sistema político burgués. Es fundamental comprender estas dinámicas y redoblar nuestros esfuerzos en la lucha de clases, para construir una alternativa revolucionaria que responda verdaderamente a las necesidades del proletariado y avance hacia una sociedad socialista.




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